La invitación para escribir este Prólogo me sorprendió. En mis más de cincuenta años en lo que llamo el Mundo del Investigador, nunca usé un Manual de Investigación, ni fui consciente de aprender paso a paso la Metodología Experimental. Esto me llevó a la siguiente reflexión: hacer investigación fue para mí como aprender el idioma materno, insensiblemente y de la mano de un "director". En este caso, es como si me hubieran pedido un prólogo para un Manual de Francés, mi idioma materno. Sin embargo, con el castellano mucho más tarde, un Manual me hubiera venido bien.